viernes, 21 de febrero de 2020

De las aves nunca se sabe bastante... (libros de 2020, 3/x)

Reconozco que, al desenvolver el tercer y último libro que me trajeron los Reyes, amagué un mohín muy fuera de lugar; y no solo porque a caballo etc. Lo que sucedió fue que, al leer el título, temí que fuese uno de esos libros demasiado divulgativos, que me dan tanta pereza como los documentales de la sabana africana: un libro que me repitiese un buen montón de cosas que ya sé sobre cómo vuelan o ven las aves. Pero estaba equivocado: de una porque tampoco es que yo sepa tanto de aves (o de leones, ya que estamos), así que no debería ir de sobradete; y de otra porque en realidad La sabiduría de las aves (Tim Birkhead, 2017, Libros del Jata) no va de eso*, y además ha resultado ser un libro genial, lleno de información muy interesante y muy bien redactado (y traducido, que es de agradecer). El título -The Wisdom of Birds- que tan confuso me resultó es en realidad un remedo de The Wisdom of God (entero, en pdf): el primer libro de ornitología moderna, publicado por el revdo. John Ray en 1717. Ray y su discípulo Willughby fueron los primeros en preparar una obra sobre aves basada no en lo que "se sabía": en compilaciones medievales que en gran parte eran refritos más o menos acertados o contaminados de lo escrito por Aristóteles y autores latinos; sino en la observación directa de las aves. Haciendo esto, se ocuparon por fin de ir resolviendo cuestiones tan básicas como variadas: desde el cómo y cuándo "entra" el polluelo en el huevo hasta si en verdad las aves migraban al sur en invierno o se enterraban en el fango de los lagos. Y a la vez que iban recopilando datos en su mayor parte correctos iban planteando preguntas "para futuras investigaciones" tremendamente perspicaces. Pues bien, Birkhead (a su vez un competente ornitólogo, que trabaja sobre todo con paternidad extra-pareja y competencia espermática en aves, y con la estructura de los huevos) aprovecha el tricentenario de la obra de Ray y todas esas preguntas sin respuesta en aquella época, y las va respondiendo desde una perspectiva histórica, escudriñando quién, cómo y cuándo fue descubriendo cómo se orientan las aves al migrar, o por qué cantan y defienden territorios, entre mil otras cuestiones. Es un libro que me ha enseñado y hecho disfrutar mucho, y que puedo recomendaros sin dudarlo.

*Parte de mi confusión se debió a que, en realidad, Birkhead sí ha escrito un libro de estos, también traducido al castellano: Los sentidos de las aves.

jueves, 6 de febrero de 2020

"¡Que el hombre te ignore!" (libros de 2020, 2/x)

Entre las películas menos recordadas estos días del finado José Luis Cuerda, está su adaptación de la novela de Wenceslao Fernández Flores El Bosque Animado. El tono un tanto simplón tanto de esta película (la vi hace mucho, no sé si sigue valiendo mi opinión) como de los fragmentos que conocía de la obra por haber aparecido en la típica lectura de inicio de tema del libro de Lengua no me habían predispuesto muy favorablemente hacia este mi segundo libro-regalo de Reyes (en edición de ANAYA - Selección Tus Libros, 10ª ed., 2019; llena de farragosas aclaraciones de vocabulario). Y tal vez por eso, mi sorpresa ha sido aún mayor y más grata. Pues me he encontrado con un libro que, sobre todo lo demás, captura y describe magistralmente y con mucha poesía (sin caer en afectación) el paisaje y los seres de las regiones agrosilvopastorales gallegas de hace un siglo. La obra, para el que no la conozca, recoge pinceladas de la vida, milagros y miserias de multitud de personajes (humanos o no) que moran en una comarca agrícola cercana a la ciudad de A Coruña, pero interior, no costera. Las historias de los diferentes protagonistas se van entrecruzando en los numerosos capítulos del libro, aunque sin llegar a construir un único argumento.
Es un libro escrito claramente por un urbanita, pero amante de la naturaleza y de la belleza del campo (cualidad esta que escasea mucho más entre los labriegos, como bien refleja -y sabe justificar y disculpar- el autor más de una vez). Un libro lleno de observaciones someras, pero muy agudas, sobre la vida y el comportamiento de animales y plantas, y que retrata también lo mejor y lo peor del campesino y de la época en que se sitúa: la mezquindad y el mirar antes por uno que por el vecino que no ocultan sin embargo posos profundos de buen corazón y deseos audaces. La pobreza sobrevenida con cualquier año de malas cosechas, accidentes o enfermedades, capaz de hundir en el fango a una familia... Es un libro que, aunque escrito en castellano, exuda Galicia a raudales. Es un libro que no me importará releer.

martes, 4 de febrero de 2020

Plumas desde Gotland (libros de 2020, 1/x)

 Estoy en una fase de mucha pereza escritora, así que para desbloquearme (que me vendrá bien de cara al TFM...), y aunque tengo pendiente comentar alguna salida al campo que otra (nada muy espectacular), he decidido empezar a comentar los libros que vaya leyendo este año; que como además el Cercanías me da espacio para leer espero que sean más que de costumbre. El primero es uno de los dos que me trajeron los Reyes (y el segundo ya casi lo he terminado...): Aves que veo en invierno, de Lars Jonsson (Ed. Errata naturae, 2019).

 El autor es un ornitólogo y pintor (de aves) que vive tan contento en una granja reconvertida en vivienda al sur de Gotland City, la gran isla sueca varada en medio del Báltico. Allí plasma con sus pinceles las aves que ve desde su ventana y durante sus paseos, de sol a sol, en una especie de remedo sin olor a heces de la Dra. Joan Bushwell. Pero como "de sol a sol", en Suecia en invierno, deja muchas horas libres, también escribe libros. Suya es la que fue la mejor guía del Paleártico occidental hasta que llegó la Mullarney-Svensson, y a mayores también ha publicado varias obras con sus acuarelas. Una de ellas me cayó como regalo de tesis, y otra es la que ahora nos ocupa.

Aves que veo en invierno es un libro un tanto difícil de clasificar. Cada capítulo está dedicado a una especie, a las especies en general más comunes en invierno en Suecia; pero ni tan siquiera eso, pues "porque sí", literalmente, el autor no cubre ninguna especie acuática, y sí recoge en cambio otras cuya presencia en Escandinavia en invierno es testimonial, ya que suelen desplazarse a otras latitudes. Dentro de cada especie se alternan las que tienen apenas una ilustración (todas muy bonitas, la verdad) y un texto de una página que describe someramente su plumaje y aspectos de su ecología invernal, con las que claramente encandilan al autor (córvidos y fringílidos, por ejemplo) y le llevan a explayarse durante páginas y más páginas profusamente ilustradas, en las que comenta desde anécdotas personales entretenidas con estas especies hasta detalles curiosos de su biología, pasando por cambios temporales en su estatus en Suecia o minuciosidades a veces un tanto aburridas sobre sus patrones de muda. Pero en general son textos de lectura agradable. Y podría serlo más, si no fuese porque encuentro que el libro está bastante mal traducido y/o editado, pues abundan las frases que no terminan de tener sentido, no sé si por ser traducciones literales de modismos suecos o por falta de revisión pre-imprenta. Aunque es un libro que he disfrutado, y reseñado queda.