martes, 4 de febrero de 2020

Plumas desde Gotland (libros de 2020, 1/x)

 Estoy en una fase de mucha pereza escritora, así que para desbloquearme (que me vendrá bien de cara al TFM...), y aunque tengo pendiente comentar alguna salida al campo que otra (nada muy espectacular), he decidido empezar a comentar los libros que vaya leyendo este año; que como además el Cercanías me da espacio para leer espero que sean más que de costumbre. El primero es uno de los dos que me trajeron los Reyes (y el segundo ya casi lo he terminado...): Aves que veo en invierno, de Lars Jonsson (Ed. Errata naturae, 2019).

 El autor es un ornitólogo y pintor (de aves) que vive tan contento en una granja reconvertida en vivienda al sur de Gotland City, la gran isla sueca varada en medio del Báltico. Allí plasma con sus pinceles las aves que ve desde su ventana y durante sus paseos, de sol a sol, en una especie de remedo sin olor a heces de la Dra. Joan Bushwell. Pero como "de sol a sol", en Suecia en invierno, deja muchas horas libres, también escribe libros. Suya es la que fue la mejor guía del Paleártico occidental hasta que llegó la Mullarney-Svensson, y a mayores también ha publicado varias obras con sus acuarelas. Una de ellas me cayó como regalo de tesis, y otra es la que ahora nos ocupa.

Aves que veo en invierno es un libro un tanto difícil de clasificar. Cada capítulo está dedicado a una especie, a las especies en general más comunes en invierno en Suecia; pero ni tan siquiera eso, pues "porque sí", literalmente, el autor no cubre ninguna especie acuática, y sí recoge en cambio otras cuya presencia en Escandinavia en invierno es testimonial, ya que suelen desplazarse a otras latitudes. Dentro de cada especie se alternan las que tienen apenas una ilustración (todas muy bonitas, la verdad) y un texto de una página que describe someramente su plumaje y aspectos de su ecología invernal, con las que claramente encandilan al autor (córvidos y fringílidos, por ejemplo) y le llevan a explayarse durante páginas y más páginas profusamente ilustradas, en las que comenta desde anécdotas personales entretenidas con estas especies hasta detalles curiosos de su biología, pasando por cambios temporales en su estatus en Suecia o minuciosidades a veces un tanto aburridas sobre sus patrones de muda. Pero en general son textos de lectura agradable. Y podría serlo más, si no fuese porque encuentro que el libro está bastante mal traducido y/o editado, pues abundan las frases que no terminan de tener sentido, no sé si por ser traducciones literales de modismos suecos o por falta de revisión pre-imprenta. Aunque es un libro que he disfrutado, y reseñado queda.

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