domingo, 14 de marzo de 2021

Nací(o) en el Mediterráneo (libros de 2021, 4/x)


Una de las muchas cosas buenas de tener una amiga como Raquel es que de vez en cuando los Reyes te dejan algo en su casa también; en este caso el 4º libro del año. Qué bien, tras varios ensayos tenía ya ganas de un poco de ficción (aunque, al ser novela histórica, uno no deje de aprender algo). Y además me ha gustado bastante y me lo he despachado deprisa; también ayuda el hecho de volver a echar varias horas a la semana en el metro y la renfe con esto de volver a trabajar...

El libro es una adaptación novelada de las peripecias de León el Africano, autor cuya vida por otra parte se conoce (o se supone más bien) a partir de su única obra completa: Della descrittione dell’Africa et delle cose notabli che ivi sono, una descripción de sus viajes a ambos lados del Sahara que, si bien resulta ajustada a la realidad, no sabemos cuánto tiene de vivencia autobiográfica, cuánto de testimonios recogidos de terceros, o cuánto de invención. Ateniéndonos a este libro, la familia de León habría abandonado Granada siendo este un crío poco antes de su captura, emigrando a Fez. Allí el joven habría recibido una buena formación y emprendido una serie de viajes de negocios y diplomáticos al servicio de diversos señores, que lo habrían llevado de imperio islámico en imperio: del Songhai al sur del Sáhara al de los mamelucos en Egipto, y luego al Otomano. En algún momento de estas peripecias es capturado y puesto al servicio del Vaticano, de León X primero y de Clemente VII luego, que se habrían valido también de sus servicios como diplomático. Se le pierde la (tenue) pista histórica a León tras el sacco de Roma y se le supone de vuelta en tierras moras.

La novela, de Amin Maalouf (periodista de guerra y escritor franco-libanés, gran conocedor de primera mano de las relaciones y tensiones entre los distintos pueblos de Oriente Medio), se aprovecha mucho de la obra original de León, pero rellena los huecos de esa narración pintándonos en primera persona un personaje simpático y que, como Simbad el Marino, tiene la suerte de caer siempre de pie, por muy inverosímiles que sean las circunstancias de la vida. El carisma del personaje por un lado, y el marco en que se encuadra su vida (y la novela) por otro, en unas primeras décadas de la Edad Moderna en que el Mediterráneo está terriblemente tensionado entre imperios cristianos y musulmanes, hacen que el libro entre muy bien; son quinientas páginas que casi ni se notan.

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